
En Apocalipsis 3:15-16 Jesucristo le dice a la iglesia en Loadicea, «Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.» La ciudad de Laodicea estaba localizada en el Valle Lico. Sin embargo habían otras dos ciudades que también estaban ubicadas en ese famoso valle fértil. La ciudad de Colosas y la ciudad de Hierápolis. Estas tres ciudades, Laodicea, Colosas y Hierápolis eran conocidas como ciudades hermanas. En Colosenses 4:13 el Apóstol Pablo le dice a la iglesia en Colosas, «Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.» En ese verso de la Bíblia Pablo dice que un hermano llamado Epafras tenía gran solicitud por los hermanos de Colosas, Laodicea y Hierápolis. Asi que definitivamente podemos decir que las tres ciudades eran ciudades hermanas.
Pero que tiene que ver el Apocalipsis con la ciudad de Hierápolis. ¿Acaso el último libro de las Sagradas Escrituras menciona ese lugar? Bueno, les diré que la palabra «Hierápolis» no se encuentra en el Apocalipsis, pero ese libro profético sí hace referencia a las aguas de esa ciudad y también a las de la ciudad de Colosas.
Colosas era conocida por su agua fría que provenía de la nieve de la área montañosa. Cuando Cristo le dijo al ángel de la iglesia en Laodicea (Apocalipsis 3:15) que ojala fuese frío, estaba haciendo alusión a las aguas heladas de los colosenses. Cuando estuve en Turquía en el área de las ruinas de Laodicea nuestro guía me informó donde estaba localizada Colosas. El lugar esta bién cerca de las ruinas pero no lo visitamos, posiblemente porque no se han hecho excavaciones en esa zona y no hay mucho para ver.


Aunque no estuve en el área donde los colosenses vivían, pude estar en Pamukkale. La palabra Pamukkale significa castillo de algodón. Dentro de Pamukkale están las ruinas de Hierápolis. Es por eso que ese lugar es conocido como Hierápolis-Pamukkale el cual fue designado por UNESCO como patrimonio de la humanidad.


La palabra Hierápolis significa «Ciudad Sagrada». En dicho lugar había diferentes templos dedicados a diversos dioses paganos y se cree que por esa razón se le puso ese nombre a la ciudad. No obstante Hierápolis no era solamente notoria por sus lugares de adoración sino que también por sus manantiales de aguas minerales calientes. ¿Y que les quiero decir con eso? La respuesta es que cuándo el Señor le dijo al pastor de la iglesia en Laodicea que ojala fuese caliente ( Apocalipsis 3:15) Él estaba haciendo referencia a las aguas termales de Hierápolis.
Según la historia, personas de otros lugares con condiciones físicas viajaban hacia Hierápolis porque creían que sus aguas minerales calientes podían sanar enfermedades. Cuando visité Hierápolis-Pamukkale pude ver cosas interesantes como un antiguo teatro, la necrópolis de la ciudad y lo que se cree es la tumba del Apóstol Felipe. Pero también ví lo que parece nieve. Sin embargo no es nieve, es carbonato de calcio que deja el agua mineral de Hierápolis-Pamukkale. Se dice que viajeros tomaban del agua mineral que bajaba de la ciudad de Hierápolis hacia las afueras de ella pero la vomitaban. En Apocalipsis 3:16 Jesucristo dice, «Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.» Yo creo que ese verso bíblico hace referencia a lo que le pasaba a los viajeros. También hay una famosa piscina en el lugar conocida como la Piscina de Cleopatra, la cual es una piscina de agua mineral caliente. Turistas de diferentes partes del mundo se meten en el agua de la piscina para ser beneficiados físicamente.






El agua fría es buena para el cuerpo porque le imparte refrigerio, quita la sed. La palabra frío en el mensaje a Laodicea no habla de una temperatura espiritual baja sino más bién de efectividad. Por eso Cristo le dijo al ángel de la iglesia en Laodicea que ojala fuese frío. El agua caliente también es buena porque es terapéutica, le da alivio a las personas con dolores. El Señor quiere que su iglesia sea fría como el agua de Colosas, para que le imparta refrigerio a las almas sedientas que viven sin Dios. También quiere que su iglesia sea caliente como el agua de Hierápolis, impartiendo alivio a los corazones adoloridos. Sanando las heridas de personas que han sido golpeadas por las situaciones de la vida. Seamos efectivos iglesia, el tiempo se acaba y la trompeta pronto suena.






